El restaurante Casa Mar
(en Carrer Sant Pere, n.º 61, de El Campello) ofrece buen servicio, inmejorable
trato y excelente comida. Se trata sin duda de uno de los mejores lugares de la
provincia de Alicante para degustar verdura, carne o pescado. Este último
producto resulta uno de los más aconsejables: por la frescura y la forma de
cocinarlo.
Debido
a la afluencia de clientes, sobre todo en fin de semana, se aconseja reservar mesa llamando
al teléfono 661 327 846 Sus dueños, Ramón y Mar, y su hijo, te reciben siempre
con una sonrisa y una tapa cortesía de la casa: bien queso curado en aceite de
oliva, bien un moje… todo acompañado de un pan con mucha miga, idóneo para
mojar el abundante aceite con el que riegan todos sus platos. Cada día varía la
carta, dependiendo sobre todo del pescado y el marisco que haya llegado en esa
jornada: mejillones, clóchinas, berberechos, calamarcitos, rape, bacalao, atún
de hijada, emperador, etc. El plato estrella, como la cerveza Estrella Galicia
que sirven de barril, es el de las cigalitas: crujientes, gustosas y fáciles de
pelar, con la sensación de que acaban de salir del mar.
Dos de los mejores platos: calamarcitos y cigalitas
Emperador
Alcachofas
En
cuanto a las verduras, destacan las alcachofas a la plancha (finas, tiernas y
tostadas) y las berenjenas con miel (contrastando lo dulce y lo salado). Ambos
platos son idóneos para acompañar una ensalada de salazón (mojama, hueva…) con
unas olivas negras o bonito del norte. Del mismo modo, la variedad y calidad de sus vinos (tinto, rosado y blanco) garantiza la satisfacción hasta de los comensales más exigentes.
Para ver más comentarios sobre
este restaurante podemos visitar
este enlace
La carne a la brasa se sirve con patatas fritas caseras,
verduras a la plancha (como calabacín y champiñones, por ejemplo) o moje. El
jamón serrano está recién cortado y puede pedirse en una ración al centro, como
aperitivo, o en una de las variadas tostas con tomate rallado, chistorra,
longaniza, queso y otros ricos productos que ofrece la carta. El entrecot, el
solomillo o el secreto ibérico gozan del sabor característico de Casa Mar
gracias, entre otras cosas, a la calidad y cantidad del aceite de oliva. Tal es
la fama de este producto que es posible adquirir una botella para acercar tu
casa al mar.
En
definitiva, si vives o visitas El Campello, acertarás y ahorrarás comiendo o
cenando en este restaurante familiar, cercano y sincero. A continuación añadimos nuevas fotos sobre los platos que ofrece Casa Mar:
El siguiente blog de lengua (http://blog.lengua-e.com/), creado y
administrado por Alberto Bustos (profesor de Didáctica de la Lengua en la
Universidad de Extremadura), trata sobre problemas que cualquier hablante puede
encontrar al usar lengua española.
La
presentación del blog es clara y sencilla: las entradas van ordenándose
cronológicamente mediante un breve resumen que permite acceder al texto
completo, prevaleciendo siempre al inicio la más reciente; a la izquierda hay
enlaces para seguir al autor, Alberto Bustos, en las redes sociales, y una lista
que ordena los temas más recientes (Ejercicios: leísmo, Etimología de cálculo, etc.)
y las categorías que integran dicho espacio (adjetivo, adverbio, conjunción…);
mientras que en la parte inferior podemos encontrar un esbozo sobre la figura
del autor, algunos artículos que tienen que ver con ortografía y un acceso
directo para descargar el e-book (Palabras
de bits, palabras de tinta) del mismo Alberto Bustos.
Si
queremos consultar otra información distinta a las publicaciones (la mayoría de
ellas diarias), encontramos una serie de pestañas en la parte superior de la
página principal que nos lo permiten: Contacto (correo electrónico, twitter y
redes sociales y dirección postal.), Autor (carta de presentación y currículum),
Créditos (descripción del blog y uso de “cookies”), Licencia (Creative Commons),
Enlaces (a otros blogs interesantes sobre Lengua y Literatura), Cómo citar el
blog (pautas para compartir la información que aquí se precisa).
En
cuanto a la información sobre Lengua y Literatura, destacamos la variedad de
sus estudios, la concreción de sus temas y el detallado y exhaustivo análisis
sobre aspectos que el habla cotidiana encuentra y a los que tiene que hacer
frente, muchas veces sin saber bien cómo. Este blog pues, no solo plantea
hipótesis contrastadas sobre temas candentes y todavía sin resolver por la
Academia, sino que aporta ejercicios y prácticas enfocadas al alumno de
primaria y secundaria: desde el leísmo, por ejemplo, hasta cuestiones
etimológicas, pasando por usos de marcadores discursivos o la manera correcta
de escribir un correo electrónico.
Como
el mismo Alberto Bustos defiende en su carta de presentación, “el conocimiento
debe ser libre y accesible para todos”; de ahí la importancia y la necesidad de
portales gratuitos de este tipo cuando los recortes en educación merman lo que persigue
“Blog de Lengua”: la formación lingüística y literaria.
Los límites de cada persona se entienden como
una línea imaginaria que nos separa del resto para mantener una independencia
que nos permita actuar, aprender y desenvolvernos, pero, al mismo tiempo, nos
acerca a las personas que nos interesan, rompiendo y participando en otros
espacios.
Estas características, no solo
humanas ‒pues se ha comprobado que
en los animales también existen‒, son culturales: atienden a las costumbres, tradiciones y condiciones
espacio-temporales del individuo en el que se concretan. Partiendo de las
reflexiones de Francisco José Navas, podemos hablar de seis razones para
establecer límites:
1.Por seguridad: permiten así un aislamiento
que evita problemas, o, en el caso de sufrirlos, no te alcanzan de manera
directa y tienes tiempo para hacerles frente con mayor preparación. Ej.: Si te
encuentras a cierta distancia de alguien que lleva un café en las manos a punto
de derramarse, tendrás más posibilidades de esquivar el líquido (seguramente
caliente).
2.Ser consecuente: no alejarse de tu compañero
de clase un día, y al siguiente estar extremadamente cerca. Los límites con
cada persona deben de ser estables, regulares; de lo contrario podría causar
inquietud en el interlocutor o compañero.
3.Estabilidad: la distancia con el resto te
dota de un equilibrio, siempre que estos se respeten con seguridad y
constancia. Estar junto a otros puede hacerte caer (por ejemplo, al descender
unas escaleras de metro en hora punta) y viceversa: la soledad te “fragiliza”
(en un día de viento, te zarandeas más cuanto mayores sean los límites que te
rodean). De ahí que el contexto sea crucial para lograr la estabilidad.
4.Por tratarse de un incentivo para relaciones
sociales: la interacción social, junto con la alimentación, es una de las más
importantes necesidades humanas. Si los límites de todas las personas fueran
tan sólidos que no fuera posible romperlos, seguramente moriríamos; pues, la
riqueza del contacto, además de hasta hace poco ser la única posibilidad para
procrear, es garantía de placer e inteligencia (dos de las máximas que nos
hacen crecer: ya que el disfrute a partir de los sentidos ‒sobre
todo del tacto‒ y aprender del otro nos humaniza y nos perpetúa).
5.Autovaloración: los momentos de soledad te
permiten hacer cosas por ti mismo y satisfacerte por los resultados ‒en el
caso de que estos sean positivos‒ o reflexionar sobre sus causas ‒si estos son negativos
o no esperados‒. El crecimiento personal se basa en dos cimientos: los propios
(lo que puedes aportar mediante la conexión con tu interior), y los ajenos.
6.Valoración externa: cuando los anteriores análisis
no son suficientes para realizar la mejora personal, es bueno que desde fuera
de esos límites, te marquen el agrado o no, pues el juicio colectivo siempre será
el más cercano a la objetividad y, por qué no, a la realidad.
Estación de metro de Ciudad de México como ejemplo de límites personales
En definitiva, los límites de cada persona
forman parte del espacio que nos engloba, aísla y relaciona. Al tratarse de un
arma de doble filo (favorable y perjudicial), es crucial establecerlos
adecuadamente a partir de las razones que aquí hemos desarrollado.
El pasado fin de semana
se estrenó en España la última película de Woody Allen: Blue Jasmine.
La historia es
sencilla: dos “hermanas” tratan de rehacer y deshacer sus vidas en San
Francisco; sin embargo, los diálogos, las caras, la música, el vestuario y la
fotografía no. Woody Allen, pese a no participar en el reparto, crea y dirige
los vaivenes de una viuda (Jasmine, encarnada por Cate Blanchet) que acaba de
dejar de ser rica después de que su marido, Hal (Alec Baldwin), estafara a
inocentes ciudadanos, entre ellos al marido de su hermana Ginger (Sally
Hawkins). Este caso, inspirado posiblemente en el de Bernard Madoff, también
podría simbolizar a muchas de las figuras que protagonizan los telediarios en
nuestro país.
El acento, las
costumbres y las manías de ambas sociedades (la alta y burguesa neoyorkina, “con
buenos genes”, y la humilde e ingenua barriobajera) acaban contagiándose y
creando escenas de lo más cómicas, cotidianas y, pese a ello, impensables: algo
que Allen domina. Los temas sobre los que año a año se basan sus películas no
cambian: el amor, el sexo, el adulterio, la muerte, la envidia, la codicia, las
falsas apariencias, el engaño…; no obstante, el chiste, la gracia, la crítica y
el dardo que satiriza el grotesco comportamiento humano está más fresco y
afilado que nunca.
Muchos piensan que lo
mejor de Woody Allen quedó en los ochenta, con películas como Annie Hall, Manhattan o Zelig, y
quizá tengan razón, pero incluso la peor película, el relato menos pensado o el
texto teatral más absurdo poseen un valor artístico al alcance solo de genios
como Charles Chaplin o Rowan Atkinson. El talento de Allen radica en la
capacidad para provocar risa a partir de comportamientos desagradables: es
fácil hacer llorar (basta con mostrar algo cruel o trágico), pero es mucho más
complejo conseguir que alguien se ría cuando se le muestra un tema tan presente
en nuestros días como el fraude económico.
Hace un par de días,
Cárles Gómez repasaba en El País las actrices que han ocupado el papel principal en los trabajos de Woody Allen.
Mención aparte merecen en este caso tanto Cate Blanchet como Sally Hawkins:
ambas muestran de forma diáfana las diferencias sociales de la mujer estadounidense,
y, por qué no, de la persona en general. Los problemas económicos son una
excusa para tratar ámbitos más generales, como es la crisis moral que asola a
la protagonista.
Cuando acaba Blue Jasmine, como ocurría con Vicky Cristina Barcelona (2008), Si la cosa funciona (2009), Medianoche en París (2011) o A Roma con Amor (2012), a uno le puede
quedar la sensación de que la vida es demasiado corta para expresar todas las
ideas, diálogos y reflejos que este Allen tiene en mente. Las historias son
sencillas, es cierto, pero ¿no está ahí la grandeza?, ¿no es un mérito contar
lo que ocurre en el mundo y que el público pague por verlo, sobre todo si
existen promociones que abaraten las entradas de cine, como la de Yelmo en
estos días (por 3,5 € la sesión)?
La nieve enmudece el canto de otoño.
Es penúltimo día de semana
y el primero que le cubren las canas,
antes de comer con su fiel retoño.
Por contra, montaña encuentra con moño
a través del cristal de la ventana
que atisba en la concurrida mañana,
tras ver, ¡ay!, por fin, ya limpio al madroño.
Enciende rápidamente la lumbre
para asar lomo, morcilla y chistorra
cuando blanca ya solo está la cumbre.
Entiende que su hijo Miguel no corra,
pero es tan tamaña la podredumbre...
que, finalmente, por curro se borra.
Esta tarde, presentamos en Fnac de Alicante, a las 19:00, la segunda edición del primer libro de Jesús Serna Quijada, Girasoles en Venecia.
Jesús Serna Quijada
nació el 22 de septiembre de 1984. Estudió Filología Hispánica en
la Universidad de Alicante y vivió temporalmente en Chile y Madrid.
Además, su interés por el cine lo animó a formarse y,
posteriormente, a formar a otros en el séptimo arte. Prueba de ello
es su página web (www.jesussernaquijada.com),
donde se muestran cortometrajes que él mismo ha dirigido, e incluso
algunos fragmentos de Girasoles
en Venencia.
Y es que durante estos años de inquietudes, viajes y noches de
insomnio, se fue gestando la raíz de la que hoy ya empieza a ser un
inmarcesible girasol: esa planta que mira de soslayo la realidad que
la ilumina. Arraigada ya con esta segunda edición, Jesús nos
describe un mundo fragmentado en plásticas viñetas, fruto de esta
simbiosis de lo real y lo ficticio, lo imaginado; de lo efímero, lo
fugaz, y lo sempiterno. Venecia es la urbe que cubre y descubre una
imagen poliédrica de la persona, en su intimidad y en sociedad.
Hace menos de un año
compartíamos una velada inolvidable en su ciudad natal, en Albatera.
Mari Carmen, sus compañeros de la Facultad, familiares y amigos nos
sumamos a una cita especial: la presentación de Girasoles
en Venecia
en su tierra, donde seguramente ahonden las semillas más profundas
de su obra. Aquella noche Jesús firmaba tímidamente un montón de
ejemplares sobre la mesa del Trivial. Mari Carmen lo acompañaba
siempre con una sonrisa contagiosa. Ambos, seguramente, no imaginaban
que después de aquel mágico día, y tras meses de esfuerzo,
impresiones y trabajo, presentarían Girasoles…
en otros lugares como Santa Pola o Galicia, y Madrid, Murcia y Cox en
los próximos meses. Esta tarde nos reunimos en una de las zonas más
fértiles: Alicante.
Portada de la 2ª edición de Girasoles en Venecia
“Solo una llave
invisible abre una puerta invisible” es el lema que introduce y
resume Girasoles
en Venecia,
a mí parecer, perfectamente, junto a la contraportada de la primera
edición.
Dicha obra se
compone de 29 relatos de no más de una página de extensión cada
uno. El primero se llama “Lunes otra vez”, por lo que pienso en
un diario del mes de febrero en un año bisiesto, donde el sexo, el
erotismo, la música, lo mitológico, lo escatológico, lo cotidiano,
lo surreal, la religión y lo onírico se conjugan en un mestizaje
que te identifica como persona y te hace reflexionar sobre sugerentes
temas irreales, aunque verosímiles.
Vicente Quirarte Castañeda (1954,
Ciudad de México) es poeta, ensayista y narrador, además de profesor en la
Universidad Nacional Autónoma de México ‒donde se doctoró en 1998‒, miembro de
la Academia Mexicana de la Lengua y exdirector de la Biblioteca Nacional de
México. Su poesía, a priori amorosa,
está fuertemente influida por el contexto que envuelve a la segunda mitad del
siglo XX: donde las consecuencias de la Revolución Mexicana (1910); el exilio
de numerosos españoles a México tras la Guerra Civil Española (1936-1939); las
repercusiones de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945); y, sobre todo, la
matanza de Tlatelolco (1968), fueron creando un clima de inestabilidad,
denuncias y revueltas del que bebió el género literario que nos ocupa. En sus
versos queda patente la noche, la muerte (relacionada con el suicidio de su
padre y de su hermano mayor), los colores ocres, oscuros, las constantes
referencias a la figura del superhéroe, la intertextualidad, la metaliteratura,
la ciudad y, en segundo plano, el amor. México es un país valiosísimo, fuente
de cultura y felicidad; pero también objetivo de injusticias, disputas y
guerras. Por tanto, “si escribir es vivir con todo el cuerpo” (como el propio
Quirarte bien explica en numerosas ocasiones), es tarea del poeta plasmar,
denunciar y mejorar la situación de su sociedad, ya de por sí invencible.
El siguiente trabajo trata de analizar
el componente sociológico de la poesía de Vicente Quirarte Castañeda. No
obstante, el estudio de este género no implica la omisión de ensayos u otras
publicaciones llevadas a cabo por el mismo. Para estructurar nuestra
investigación, nos basaremos en una división temporal, tomando el nuevo milenio
como “parteaguas”: de ahí que hablemos, en un primer lugar, del contexto y de
las obras del siglo XX; y de lo acontecido a partir del año 2000. Actualizando
así bibliografía, artículos y obras al respecto; pues ha sido ingente el número
de publicaciones que en relación con la poesía mexicana reciente, y sobre todo
en alusión a Vicente Quirarte, se ha llevado a cabo en los últimos años.
Nuestro
autor es un artista, no en tanto que crea arte, que también, sino en tanto que
persona que participa del arte; de ahí que beba de otras disciplinas como son
la pintura, la música, la filosofía, el cómic, la arquitectura o la historia
‒la cual comprendió y enseñó su padre en la UNAM hasta el límite de acabar con
su vida por no estar del todo de acuerdo con ella‒. Por tanto, resulta obligado
trazar un panorama genérico que se concrete en la corroboración de nuestra
hipótesis de partida: la poesía de Vicente Quirarte está fuertemente influida
por la temática social.
México es un país que venera a la
literatura. Y dentro de este inabarcable arte, la poesía (al igual que, sobre
todo, el teatro) es disfrutada, difundida y encumbrada por sus conspicuos
receptores, y, por tanto, del mismo modo creadores. En la calle se respira
poesía, poesía entendida como canto armónico a la libertad de expresión: los
vendedores suben al metro recitando ingeniosas rimas para despertar la atención
de los presentes; en el Zócalo, los manifestantes reúnen “mantas” o pancartas
que bien podrían entrar en los anales de la historia y de la literatura, por su
contenido y por su forma (en ese orden); las “tienditas” vienen presididas por
llamativos frontones; la publicidad; los gritos en los “tianguis” o mercados
callejeros; las llamadas de los conductores de los “peseros” o autobuses
urbanos… Todo eso es poesía. Como también lo es la escrita por Vicente Quirarte
en sus numerosísimas obras. Sin embargo, este último, a mi parecer, no ha
gozado del éxito, estudio y antologías que merece. Contemporáneos suyos como
José Emilio Pacheco, Homero Aridjis, o su maestro ‒y director de tesis
doctoral‒ Rubén Bonifaz Nuño figuran en todas las referencias a la creciente
poesía mexicana, mientras que nuestro vate, tal vez por su precocidad, no ha
disfrutado de su más que sobrada ‒y estoy seguro que en un futuro, demostrada‒
relevancia.
(De izquierda a derecha) El moderador, VICENTE QUIRARTE, José Emilio Pacheco, Carlos Fuentes, Carlos Slim, Vicente Rojo, y Fernando Canales. Adjunto el enlace del blog de este momento: Aventura en México
La entrada de hoy va dedicada a un ingenioso prototipo que está dando mucho que hablar entre los emprendedores.
Se trata del último proyecto del villenense Natanael Barceló Catalán -galardonado con numerosos premios a nivel nacional y con vistas ya a la participación en prestigiosos certámenes en el extranjero-: las Muletas Hiatus; las cuales cuentan con un avanzado sistema para evitar deslizamientos en la superficie de contacto, mayor adaptabilidad a los antebrazos y comodidad en los acolchados mangos, un diseño más estético, y un mecanismo, fácil y rápido, que posibilita graduar la altura con solo pulsar un botón a la altura del pulgar.
¿Cuántas veces nos hemos lesionado y hemos tenido que recurrir de urgencia a unas muletas para poder desplazarnos? Y lo que es peor, ¿cuántas de estas veces hemos estado satisfechos con el uso de este incómodo aparato? Con Hiatus te aseguras un accesorio idóneo en estos días tan atípicos, mayor seguridad en tus movimientos, y una óptima recuperación.
Proyecto de las Muletas Hiatus: Creando oportunidades
Cabe recalcar que para llevar a cabo este diseño, Natanael consideró la opinión de un centenar de personas. ¿Qué destacas de una muleta? ¿Qué no te gusta? ¿Qué cambiarías?... fueron algunas de las preguntas que se formularon durante el arduo proceso; ya que Hiatus no es un prototipo que nace en el monitor de un ordenador, sino gracias al testimonio de los destinatarios, a entrevistas en centros de rehabilitación y asociaciones de discapacitados, etc. Estas muletas están creadas por y para el ser humano, destinadas a lograr la confianza en uno mismo y a la autosuficiencia; es decir, el objetivo es acabar con la dependencia: porque cuando constantemente necesitamos de alguien para cualquier cosa, nuestra felicidad se limita. Podemos, pues, definir a Natanael como un inventor que se reinventa a sí mismo.
Comparativa de las mejoras de Hiatus respecto a las muletas tradicionales
Adjunto los enlaces de la noticia en el Centros Europeos de Empresas Innovadoras (CEEI) y en el blog de (Mundoobjeto) para una información más detallada del producto, porque lo que realmente me interesa aquí es destacar la labor de un español de veintidós años. Es meritorio crear en crisis, y más aún crear algo que mejora la calidad de vida de las personas. Buena parte de las cuales, sobre todo en nuestro país, están paradas, esperando a que pase algo, a que los medios de comunicación digan que la prima bajó, que el rescate se esquivó y que la crisis terminó...; y lo único que terminan son las oportunidades. Oportunidades como las que Natanael aprovechó y las que, seguramente, se multipliquen los próximos meses en el extranjero. Hay que moverse (con o sin muletas), y buscar.
Esa es la clave.
Natanael Barceló Catalán -a la derecha- en la gala de uno de los últimos premios con los que fue distinguido